UN RETO Y UNA BENDICIÓN PARA LA PARROQUIA DE SAN JOSÉ:
LA CONSTRUCCIÓN DE UN NUEVO
TEMPLO PARROQUIAL
PARA LA GLORIA DE DIOS
El pasado 24
de enero de 2011, la comunidad parroquial de San José de Oporapa, comenzó vivir
una experiencia sin precedentes hasta la fecha: la construcción de un nuevo
templo parroquial para la gloria de Dios.
La gran
afluencia por parte de los fieles de ésta comunidad cristiana católica a las
diferentes celebraciones litúrgicas (factor que hacía que bastante gente se
quedara por fuera del templo) y el deterioro del templo utilizado hasta la
fecha (su construcción empezaba a amenazar la integridad de los feligreses)
fueron factores determinantes que llevaron a tomar la decisión por parte del
Señor Obispo, Monseñor Rigoberto Corredor Bermúdez, de demoler el templo, para abrirle
paso a uno más grande y mejor estructurado para la gloria de Dios. No fue fácil, por parte de la feligresía,
aceptar esta realidad; pero confiados en Dios, que lo que buscaba era un bien,
se dio pasó a esta magna obra.
Éste nuevo
templo, con un costo proyectado en $1.100.000.000.oo, se inició con un efectivo
de $123.000.000.oo. Con esta suma y la
voluntad de todo un pueblo lleno de fe, se comenzaron los trabajos.
Algo de
resaltar en todo el proceso de construcción es el creciente amor del pueblo por
dar lo mejor de sí para ir logrando, paso a paso, lo que se lleva hasta el
momento. Al lado de eso, el saber que
fuera de Dios y el pueblo (representado en todos los benefactores: pueblerinos,
oporapenses residentes en el territorio departamental, nacional y mundial, y
todos los demás amigos que han colaborado), son los que han proporcionado todos
los recursos materiales, físicos y humanos para sacar esta obra adelante. Desde ya una eterna gratitud a todos ellos
por ese aval demostrado en la generosidad de las dádivas y trabajos.
Otro aporte,
en absoluto menos importante, es el que nos han brindado varios amigos a través
de su oración por esta intención. Agradecemos
de manera particular a los Frayles Menores Renovados de Oporapa, a las Hermanas
Clarisas de Garzón y de Colombia, a las Hermanas de Nuestra Señora de las
Misericordias de Garzón y de Colombia, a los estudiantes del Seminario Mayor “María
Inmaculada” de Garzón, a los Hermanos Franciscanos Reparadores Eucarísticos de
Ecuador, a los Hermanos Dominicos, a los Hermanos Pasionistas, a los Hermanos
Redentoristas, a los Sacerdotes que se han unido a esta cadena de oración de la
Diócesis de Garzón, Diócesis de Pereira, Diócesis de Palmira, Diócesis de
Neiva. En fin a todos y todas que en
cualquier parte de Colombia y el mundo se unen con su oración por esta
obra. A todos y todas Dios les bendiga.
Esta obra
continúa bajo la custodia de San José, nuestro glorioso patrono, y bajo la
maternal intercesión de la Santísima Virgen María. Ellos, al lado también del Beato Juan Pablo
II, sigan presentando incesantemente a Dios las oraciones para culminar sin
tropiezo esta obra que es exclusivamente PARA
LA GLORIA DE ÉL: EL SEÑOR DE SEÑORES.