jueves, 30 de mayo de 2013

Templo anterior

UN RETO Y UNA BENDICIÓN PARA LA PARROQUIA DE SAN JOSÉ:
LA CONSTRUCCIÓN DE UN NUEVO
TEMPLO PARROQUIAL
PARA LA GLORIA DE DIOS


El pasado 24 de enero de 2011, la comunidad parroquial de San José de Oporapa, comenzó vivir una experiencia sin precedentes hasta la fecha: la construcción de un nuevo templo parroquial para la gloria de Dios.

La gran afluencia por parte de los fieles de ésta comunidad cristiana católica a las diferentes celebraciones litúrgicas (factor que hacía que bastante gente se quedara por fuera del templo) y el deterioro del templo utilizado hasta la fecha (su construcción empezaba a amenazar la integridad de los feligreses) fueron factores determinantes que llevaron a tomar la decisión por parte del Señor Obispo, Monseñor Rigoberto Corredor Bermúdez, de demoler el templo, para abrirle paso a uno más grande y mejor estructurado para la gloria de Dios.  No fue fácil, por parte de la feligresía, aceptar esta realidad; pero confiados en Dios, que lo que buscaba era un bien, se dio pasó a esta magna obra.

Éste nuevo templo, con un costo proyectado en $1.100.000.000.oo, se inició con un efectivo de $123.000.000.oo.  Con esta suma y la voluntad de todo un pueblo lleno de fe, se comenzaron los trabajos.

Algo de resaltar en todo el proceso de construcción es el creciente amor del pueblo por dar lo mejor de sí para ir logrando, paso a paso, lo que se lleva hasta el momento.  Al lado de eso, el saber que fuera de Dios y el pueblo (representado en todos los benefactores: pueblerinos, oporapenses residentes en el territorio departamental, nacional y mundial, y todos los demás amigos que han colaborado), son los que han proporcionado todos los recursos materiales, físicos y humanos para sacar esta obra adelante.   Desde ya una eterna gratitud a todos ellos por ese aval demostrado en la generosidad de las dádivas y trabajos.

Otro aporte, en absoluto menos importante, es el que nos han brindado varios amigos a través de su oración por esta intención.  Agradecemos de manera particular a los Frayles Menores Renovados de Oporapa, a las Hermanas Clarisas de Garzón y de Colombia, a las Hermanas de Nuestra Señora de las Misericordias de Garzón y de Colombia, a los estudiantes del Seminario Mayor “María Inmaculada” de Garzón, a los Hermanos Franciscanos Reparadores Eucarísticos de Ecuador, a los Hermanos Dominicos, a los Hermanos Pasionistas, a los Hermanos Redentoristas, a los Sacerdotes que se han unido a esta cadena de oración de la Diócesis de Garzón, Diócesis de Pereira, Diócesis de Palmira, Diócesis de Neiva.  En fin a todos y todas que en cualquier parte de Colombia y el mundo se unen con su oración por esta obra.  A todos y todas Dios les bendiga.


Esta obra continúa bajo la custodia de San José, nuestro glorioso patrono, y bajo la maternal intercesión de la Santísima Virgen María.  Ellos, al lado también del Beato Juan Pablo II, sigan presentando incesantemente a Dios las oraciones para culminar sin tropiezo esta obra que es exclusivamente PARA LA GLORIA DE ÉL: EL SEÑOR DE SEÑORES.


miércoles, 15 de mayo de 2013


MEMORIAS 
DE LA PARROQUIA DE
SAN JOSÉ DE OPORAPA
HUILA - COLOMBIA


Los datos más antiguos que se han podido recoger son de los años 1868 – 1870 cuando fue creado un rudimentario y modesto centro de culto que la resumida feligresía denominó “Capilla de San Ciro”, la cual estaba ubicada cerca al actual casco urbano.  Historiadores apuntan a que el primer sacerdote que celebró en mencionado sitio fue el presbítero Manuel Agustín Losada, residente en el Hato, hoy municipio de Tarqui.  Por motivos varios, este caserío fue perdiendo importancia por el auge que iba tomando otro caserío que terminó siendo lo que hoy es actualmente el casco urbano de Oporapa.  Hacia el año 1905 - 35 años después de la primera manifestación comunitaria de fe recogida - el señor Obispo Esteban Rojas Tovar, nombró en calidad de residente al Presbítero Silvestre Vargas en el poblado vecino de Saladoblanco, encargándole además la cura de almas del naciente caserío Oporapense;  su actividad pastoral se prolongó hasta 1913. 

Entre los años 1913 y 1920 estuvo la iniciativa por parte del Señor Obispo de la creación definitiva de la nueva Parroquia de Oporapa, pero fueron varios los acontecimientos para que la idea no fuera cristalizada.   Solo hasta el 21 de abril de 1920 por disposición de Monseñor Esteban Rojas Tovar, fue dado a conocer el decreto con el cual se erigía la nueva Parroquia de San José de Oporapa, el cual aclaraba que empezaría a regir desde el 8 de mayo de los corrientes.    Acto seguido, se designa como sacerdote residente al Presbítero Vicente Isaías Manrique Iriarte, quien se apresura a la inauguración del templo sin ahorrarse esfuerzo alguno.  La presencia del Padre Manrique se prolongo por 37 fructíferos años, que con un excelente testimonio logró promover grupos de oración y catequesis permanente.  Hacia el año 1933 llega el  Padre Rafael Forero, impulsor de la construcción de la casa parroquial, obra que se levantó con sudor y esfuerzo. 

Han sido 24 los sacerdotes que han pasado dejando un legado espiritual cada vez más profundo haciendo una llamado permanente a la conversión y a la santidad.  Sin embargo se destacan algunas obras de carácter social y comunitario que algunos de ellos han promovido tales como: la construcción de salones para la formación integral por parte del P. Juan Ángel Ortiz, la plazoleta parroquial promovida por el P. Manuel Santos Ortiz, el ornato interno del templo parroquial y la casa parroquial impulsado por los Padres Gilbert Gutiérrez, Aminadar Peña y Henry Artunduaga, la organización del cementerio por parte del P. Jacob Gómez.  Pero algo que es insuperable a las obras materiales, e imborrable en el corazón de los fieles, es la huella espiritual que todos ellos han dispensado y dejado por la administración fervorosa de los Sacramentos y el cultivo espiritual de los feligreses.

En el trabajo pastoral de esta comunidad cristiana, los párrocos han contado con la ayuda incondicional de los Hermanos Frailes Menores Franciscanos, que desde 1976 han hecho presencia en esta localidad trayendo bendiciones y gracias.  La presencia de esta comunidad religiosa se debe al Fraile Luis Guillermo Restrepo (Fray Leonardo de la Cruz), sacerdote antioqueño, quien llegó el 23 de abril de 1976 a Oporapa, buscando un lugar silencioso para construir una casa de retiros que se convertiría posteriormente en el convento para los novicios de esa comunidad religiosa.  La ubicación del sitio está en el centro poblado de “San Roque” al noroccidente del casco urbano.  Aprovechando la generosidad de la Señora Zoila Rosa Buendía, quien donó el terreno, se iniciaron los trabajos de construcción de la ermita el 14 de septiembre del mismo año con una Eucaristía y con la colocación de la Cruz la cual dio origen al nombre que lleva este sitio: “Convento de la Cruz”.  Desde entonces este centro poblado, el casco urbano de Oporapa y en sí toda la Diócesis de Garzón, se han visto bendecidas por la presencia de estos hermanos y por la colaboración en el ejercicio pastoral y cura de almas.  Diariamente no dejan de llegar personas a este sitio de silencio y oración en busca de paz y salud para sus almas.  Todos los frailes que han pasado por este santo lugar han hecho una labor pastoral impresionante, pero es de subrayar el incansable trabajo del fundador del convento, Fray Leonardo, y de un misionero a carta cabal, Fray Pedro Bautista del Corazón Inmaculado, quienes con un celo pastoral sin medida se dedicaron a buscar, sanar y salvar almas para Dios.  Sus sucesores, Fray José María de las Cinco Llagas y Fray Francisco Pio del Corazón Inmaculado, no menguan esfuerzos para que esta obra de bien no decaiga, sino que con la gracia divina den frutos al ciento por uno.

La suma de todos los esfuerzos pastorales desde 1868 hasta hoy, han hecho que esta Parroquia vaya creciendo en la dinámica de ser una comunidad evangelizada y evangelizadora; una comunidad llena de Dios.  Esto se ve en el fruto que hasta el momento se puede recoger y ver en la organización pastoral.  Hoy se cuenta en este campo con 64 comunidades y 5 grupos de permanecer y perseverar que van creciendo en la experiencia de la Nueva Evangelización; además con 17 praesidium que con una espiritualidad mariana bien cimentada, siguen propagando el amor a Dios, a María Santísima y a la Iglesia; está conformado el grupo de Monaguillos, pequeños servidores del Altar; se cuenta con diferentes ministerios de servicios pastorales, algunos ya conformados, tales como: Evangelización, Catequesis, Comunidades, Liturgia, Familia y Acción Social, y otros en proceso de consolidación: Jóvenes, Educación y Oración.

La expresión de fe del pueblo oporapense se vive y se siente en torno a las fiestas religiosas de mayor relevancia.  En primera instancia la fiesta en honor al Santo Patrono San José, fiesta que se celebra el 19 de marzo;   la fiesta en honor a la Virgen de las Lajas, la fecha en que se celebra es el último fin de semana de octubre;  obviamente están las fiestas de tipo popular: la fiesta a la Virgen del Carmen, las fiestas navideñas, entre otras.

Oporapa desde siempre se ha caracterizado por su fe, el calor humano de su gente, por ser un pueblo que en medio de las dificultades ha salido adelante; por eso todo lo que este pueblo se propone lo saca adelante.  Dios siempre tenga a este pueblo como a la niña de sus ojos y que su bendición no se aparte de él.